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Fernsehturm
Berliner Congress Center - BCC


Edificios publicos



En la ciudad, los grandes edificios exentos desempeñan más funciones que la mera finalidad a la que se destinan: tienen un carácter representativo, pueden ser expresiones de poder, facilitar la identificación y la orientación o formar parte de una composición urbanística. Estos solitarios son  auténticos símbolos que nos pueden hablar de quienes los construyeron. Los edificios públicos son, en muchos casos, construcciones exentas.  En 1950, Walter Ulbricht expresó su deseo de dotar al centro de Berlín Este de una configuración característica, determinada por edificaciones monumentales. Junto a la importante arteria de la Stalinallee hasta la Puerta de Brandenburgo debía surgir una gran plaza coronada por un edificio central. Esta idea del edifico central, una "Casa del Pueblo", data de los años veinte. En 1958 se  convocó un concurso con el objetivo de adjudicar la remodelación del centro de Berlín. En dicha  convocatoria se incluía como condición el citado elemento urbanístico dominante. Sin embargo, ninguno de los proyectos presentados contó con el voto favorable de la mayoría. Finalmente se impuso la  propuesta de Henselmann, arquitecto jefe de Berlín Este, de levantar la Torre de Telecomunicaciones (absolutamente necesaria) en el centro urbano. Visible desde una distancia considerable, dicha torre se convirtió en 1969 en un símbolo del progreso de la RDA.  La idea de la Casa del Pueblo - dotada de la correspondiente carga ideológica - desembocó en la creación del Palacio de la República, con el que en 1976 se puso el colofón al llamado Regie- rungsforum (Foro gubernamental) en la Marx-Engels-Platz. En ese lugar se erigían ya entonces dos edificios públicos exentos: la sede del Consejo de Estado y el Ministerio de Asuntos Exteriores. Al primero de ellos, construido a principios de los años sesenta, el portal de Schlüter - proveniente del desescombro del Palacio de los Hohenzollern - le confirió una especie de halo de santidad, ya que Karl Liebknecht había proclamado desde su balcón la "república socialista libre" en 1918. El segundo, cuya construcción culminó en 1967 y que fue demolido tras la Reunificación, dotaba al centro del Berlín oriental de un marco espacial por su posición transversal respecto a la zona oeste de la ciudad.   Al mismo tiempo que la Philharmonie en Berlín occidental se construía en el Este una edifi-cación doble compuesta por la "Casa del Maestro" y un pabellón de congresos. Sus peculiares formas no son sólo indicativas de las posibilidades arquitectónicas y técnicas de la RDA, sino que pueden entenderse asimismo como preludio de una transformación de valores: el distanciamiento de la compacta ciudad estalinista en pos del urbanismo moderno.    El ICC, edificado en la zona occidental en los años setenta, suele tomarse como contrapunto del Palacio de la República. Los paralelismos se basan en el tamaño, las estancias equipadas con la técnica más moderna y la vinculación cultura-política en el segundo y cultura-comercio en el primero. Aunque utilicen lenguajes arquitectónicos dispares, ambas obras son expresión de potencia, riqueza y perfección técnica. En la actualidad, el Palacio de la República representa la encarnación de un sistema social trasnochado.